Читать онлайн «La gesta del marrano»

Автор Marco Aguinis

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En los años que precedieron a la conquista de América estalló la persecución de los judíos en españa, que culminó con su expulsión en masa. Esta novela narra la historia de Francisco Maldonado da Silva y sus peripecias frente al fanatismo inquisitorial, la hipocresía y la despótica corrupción del Nuevo Mundo. Una novela que también habla elocuaentemente de nuestro tiempo y del derecho a la libertad de conciencia.

Marcos Aguinis

Libro primero: Génesis

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Libro segundo: Éxodo

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Libro tercero: Levítico

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Libro cuarto: Números

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Libro quinto: Deuteronomio

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Epílogo

Agradecimientos

notes

Marcos Aguinis

La gesta del marrano

A Francisco Maldonado da Silva,

que defendió heroicamente el arduo derecho

a la libertad de conciencia.

A mi padre, que enriqueció mi niñez

con animadas historias

y se hubiera emocionado con ésta.

Libro primero: Génesis

Brasas de infancia

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Mugre, piel y huesos, con los tobillos y las muñecas ulcerados por los grilletes, Francisco es una brasa que arde bajo los escombros. Los jueces miran con fastidio a ese esperpento: un incordio decididamente intolerable.

Hacía doce años que lo habían enterrado en las cárceles secretas. Lo habían sometido a interrogatorios y privaciones. Lo enfrentaron con eruditos en sonoras controversias. Lo humillaron y amenazaron. Pero Francisco Maldonado da Silva no cede. Ni a los dolores físicos ni a las presiones espirituales. Los tenaces inquisidores sudan rabia porque no quieren enviarlo a la hoguera sin arrepentimiento ni temor.

Cuando seis años antes el reo efectuó un ayuno que casi lo disolvió en cadáver, los inquisidores ordenaron hacerle comer a la fuerza, darle vino y pasteles; no toleraban que ese gusano les arrebatase la decisión de su fin.

«Es la Inquisición -no sus prisioneros- quien establece las penas y ordena su cumplimiento. » Francisco Maldonado da Silva tardó en recuperarse, pero logró demostrar a sus verdugos que podía sufrir no menos que un santo.

En su maloliente mazmorra el estragado prisionero suele evocar su odisea. Nació en 1592, exactamente un siglo después de que los judíos fueran expulsados de España y Colón descubriera las Indias Occidentales. Vio la luz en el remoto oasis de Ibatín, en una casa donde predominaba el color pastel con manchones de azul. Después su familia se trasladó a Córdoba precipitadamente. Tenían que huir de una persecución que pronto les daría alcance. Navegó por tierras amenazadas: indios, pumas, ladrones, alucinantes salinas. Tenía nueve años cuando arrestaron a su padre. Un año después arrancaron violentamente de su hogar a su hermano mayor. Cumplió once años y ya no quedaban en su vivienda bienes sin confiscar. Su madre, vencida, se entregó a la muerte.