Читать онлайн «Ternura»

Автор Габриэла Мистраль

Gabriela Mistral

Canciones de Cuna

MECIENDO

ROCÍO

YO NO TENGO SOLEDAD

APEGADO A MÍ

ARRORRÓ ELQUINO

CANCIÓN DE VIRGO

CANCIÓN DEL TAURUS

CANCIÓN QUECHUA [3]

CANCIÓN AMARGA

EL ESTABLO

NIÑO CHIQUITO

CANCIÓN DE LA SANGRE

CANCIÓN DE PESCADORAS

ARRULLO PATAGÓN

CANCIÓN DE LA MUERTE

NIÑO MEXICANO

Rondas

¿EN DÓNDE TEJEMOS LA RONDA?

DAME LA MANO [5]

TIERRA CHILENA

LOS QUE NO DANZAN

RONDA DE LA PAZ

RONDA DE LA CEIBA ECUATORIANA

TODO ES RONDA

RONDA DE LOS AROMAS

RONDA CUBANA

RONDA DEL FUEGO

Jugarretas

LA PAJITA

LA MANCA

EL PAPAGAYO

Cuenta – Mundo

LA CUENTA-MUNDO

EL AIRE

LA LUZ

EL AGUA

EL ARCO-IRIS

MONTAÑA

PINAR

CARRO DEL CIELO

FUEGO

LA CASA

LA TIERRA

Casi Escolares

PIECECITOS

MANITAS

MIENTRAS BAJA LA NIEVE

CARICIA

OBRERITO

Cuentos

LA MADRE GRANADA (Plato de cerámica de Chapelle-aux-Pots. )

Anejo

GOLONDRINAS DEL YODO

notes

Gabriela Mistral

Ternura

Canciones de Cuna

MECIENDO

El mar sus millares de olas

mece, divino.

Oyendo a los mares amantes,

mezo a mi niño.

El viento errabundo en la noche

mece los trigos.

Oyendo a los vientos amantes,

mezo a mi niño.

Dios Padre sus miles de mundos

mece sin ruido.

Sintiendo su mano en la sombra

mezo a mi niño.

ROCÍO

Ésta era una rosa

que abajó el rocío:

éste era mi pecho

con el hijo mío.

Junta sus hojitas

para sostenerlo

y esquiva los vientos

por no desprenderlo.

Porque él ha bajado

desde el cielo inmenso

será que ella tiene

su aliento suspenso.

De dicha se queda

callada, callada:

no hay rosa entre rosas

tan maravillada.

Ésta era una rosa

que abajó el rocío:

éste era mi pecho

con el hijo mío.

YO NO TENGO SOLEDAD

Es la noche desamparo

de las sierras hasta el mar.

Pero yo, la que te mece,

¡yo no tengo soledad!

Es el cielo desamparo

si la luna cae al mar.

Pero yo, la que te estrecha,

¡yo no tengo soledad!

Es el mundo desamparo

y la carne triste va

Pero yo, la que te oprime,

¡yo no tengo soledad!

APEGADO A MÍ

Velloncito de mi carne,

que en mi entraña yo tejí,

velloncito friolento,

¡duérmete apegado a mí!

La perdiz duerme en el trébol

escuchándole latir:

no te turben mis alientos,

¡duérmete apegado a mí!

Hierbecita temblorosa

asombrada de vivir,

no te sueltes de mi pecho:

¡duérmete apegado a mí!

Yo que todo lo he perdido

ahora tiemblo de dormir.

No resbales de mi brazo:

¡duérmete apegado a mí!

ARRORRÓ ELQUINO

A Isolina Barraza de Estay.

En la falda yo me tengo

una cosa de pasmar:

niña de algodón en rama,

copo de desbaratar,

cabellitos de vilanos

y bracitos sin cuajar.

Vienen gentes de Paihuano

y el "mismísimo" Coguaz

[1]

por llevarse novedades

en su lengua lenguaraz.

Y no tiene todavía

la que llegan a buscar

ni bautismo que le valga